Por supuesto la vida es sueño. Y quien diga lo contrario es un jodido mentiroso. Y es que esta escueta frase, el título de la archiconocida obra de Calderón de la Barca, define a la perfección la vida de la especie humana entera. Todos, todos, aunque muchos digan no recordarlo, soñamos alguna vez. De hecho, soñamos siempre. Soñamos despiertos y soñamos dormidos. Pero soñamos despiertos a todas horas y casi sin darnos cuenta.
Yo no soy ninguna excepción. En algo me tenía que asemejar al resto de mortales! Yo sueño sin descanso. Sueño siempre cuando duermo. Y dado que dormir es una de mis principales aficiones, sueño hasta el empacho onírico. Sin embargo, y pese a que trato de alargar hasta lo inimaginable, hasta lo casi indecente, mis horas de letargo, sueño mucho más despierta. Despierta retomo los sueños inconclusos y trato de amoldarlos a mis deseos. Imagino multitud de situaciones, de vidas, de encuentros. Tengo al menos dos vidas imaginarias, paralelas, aparte de la que se supone es mi vida real. Todo aquello que anhelo se cumple una y mil veces en estos sueños conscientes. Llevo haciendo esto desde que puedo recordar, desde la niñez. Cada pequeño revés, cada desencuentro, cada desilusión, tiene su reverso amable en este pequeño mundo de mentirijillas que he creado a mi antojo. Pero a veces me pregunto si aferrarme a este universo ficticio no estará alejándome más y más de aquel universo en el que sí es posible que los sueños se cumplan por fin.
Y para acabar, ahí van tres poemitas que escribí ya hace algún tiempo. No importa hace cuánto los escribiera, siguen tan vigentes como el primer día. Sigo siendo la que huye, la que aprende y la que, para bien o para mal, ama. Todavía.
EL SUEÑO DEL FUGITIVO
No arrojes, amor, más flechas, más dardos.
Esos centinelas tuyos se embriagan
de canciones lejanas.
Camino entre zarzas y cardos,
tropiezo y me apresa la enredadera.
Lucho, a menudo sin ganas.
Tú vienes, con tu amor por bandera,
yo me quedo, aturdida, pasto de abejas,
de gusanos, el musgo adorna mi frente.
No me hieren ya tus reproches ni tus quejas.
No te oigo, no te veo. Mi fatigada mente
se retuerce sobre si misma, no quiere más dueño
que el humo de este cigarrillo, el aroma de vainilla,
esa noche de neón, de pesadilla.
Yo no vivo. Sólo sueño.
EL SUEÑO DEL APRENDIZ
Cuánto os envidio guijarros rotos, hojas secas,
pinceles que antaño trazasteis muecas,
manchados de pasado y de indiferencia
flotais inertes en los afluentes de la consciencia.
Mi corcel, infame, no se acostumbra
al látigo ni a las espuelas.
¿Hasta cuándo he de permanecer yo en penumbra
al calor áspero de propios y extraños capataces,
al amparo asfixiante de mórbidas escuelas,
ahogando mi montura con pesados disfraces?
Soy aprendiz de sueños y de aromas,
de sonidos y de llantos.
Puedes hastiarme con tus bromas,
pero conmigo rugen otros tantos.
EL SUEÑO DEL AMANTE
Amor, eres cruel, eres perverso.
Sin avisar, llegas y me abofeteas fuerte
en el alma.
Y desde aquel primer beso,
no puedo por más que quererte.
Ya no tengo calma.
No tengo vida, ni muerte,
sólo sueño.
Y sueño demasiado, lo sé,
¿pero cómo cejar en mi empeño
por tenerte y dejarme tener?
Tómame, pues, pero no olvides
que me envolviste en seda y terciopelo, ¡adulador!
¡Injusto, ingenuo, soñador!
¿No ves que es demasiado lo que me pides?
Yo sólo puedo ofrecerte amor.
A la deriva entre lo excitante, lo original, lo ligeramente pretencioso y lo moderadamente conservador.
Tuesday, February 20, 2007
Monday, February 19, 2007
A LA DERIVA
A la deriva, sí. Una vez más, a la deriva. No es casual, pues, el nombre de este blog. Cada vez más me siento como un náufrago. Si alguna vez mi vida transcurrió placentera cual crucero televisivo - ay! cuánto daño has hecho Aaron Spelling - de nuevo despierto - literalmente, despierto - dándome de bruces contra los gijarros envenenados de la terrible realidad. Y es que no fuí yo la que se fue de crucero. Alguien decidió, a la vuelta de su tercer crucero en lo que va de año, que era hora de traicionarme por enésima vez y de una vez por todas. Así que de la noche a la mañana, me encontré sin techo y con otro problema más para agrandar el pesado fardo que ya llevaba sobre mis espaldas. Perdón! Eso último no es del todo cierto. El pesado fardo en cuestión lo había olvidado en algún lugar recóndito, quizá bajo la cama, junto a todas esas cosas que sabemos que existen pero que no necesitamos habitualmente y vamos almacenando y dejando que crien polvo. De la misma manera que mis viejos ejemplares de Rockdelux, el monstruo de los problemos sin resolver fue creciendo y haciéndose fuerte hasta que despertó de su letargo invernal y me saltó encima. Y su ímpetu fue tal que casi me hunde en la marea de los acontecimientos inesperados, devastadores... A la deriva de nuevo, oh sí! Y qué me queda por hacer? Lo único que podía hacer: tragarme los últimos vestigios de orgullo - yo prefiero llamarlo amor propio - y mendigar comprensión y ayuda de quien tantas veces me defraudara y traicionara antes. Sentía el aliento tan fétido del monstruo sobre mi cara, sus uñas se clavaban despiadadas en mi carne... Qué otra cosa podía hacer?? Pedí ayuda, la obtuve, o eso pensé, y de nuevo la traición y la incertidumbre... No sé si tengo techo. No sé si tengo familia. No sé nada con absoluta certeza... Lo único que sé es que no quiero seguir autocompadeciéndome... Esta introducción era, si no necesaria, sí inevitable. Pero ahora que ya he acabado mi pataleta trataré de mantener una actitud positiva. Pensaré: "he salido de situaciones peores antes". Eso siempre funciona, no? Al menos así lograré no aburrir a mis pocos pero excelentes amigos, ni a mis aún menos pero seguro dignos lectores.
Sin pretender que esto sea una declararación de intenciones, sí os aviso de que en lo sucesivo os hablaré de música, de cine, de literatura, y en general os deleitaré con mi infinita sabiduría y mi natural gracejo, haciéndoos partícipes de mis opiniones de inconmensurable valor acerca de cualesquiera de esas disciplinas totalmente inútiles pero que hacen nuestras vidas más llevaderas, irremediablemente insuflándoles sentido y sensibilidad. Sentido y sensibilidad!!!
Y así acabo, parafraseando a Jane Austen: "No es ni el tiempo ni la oportunidad lo que determina la intimidad: es tan sólo la disposición" Pues eso.
Sin pretender que esto sea una declararación de intenciones, sí os aviso de que en lo sucesivo os hablaré de música, de cine, de literatura, y en general os deleitaré con mi infinita sabiduría y mi natural gracejo, haciéndoos partícipes de mis opiniones de inconmensurable valor acerca de cualesquiera de esas disciplinas totalmente inútiles pero que hacen nuestras vidas más llevaderas, irremediablemente insuflándoles sentido y sensibilidad. Sentido y sensibilidad!!!
Y así acabo, parafraseando a Jane Austen: "No es ni el tiempo ni la oportunidad lo que determina la intimidad: es tan sólo la disposición" Pues eso.
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