A la deriva entre lo excitante, lo original, lo ligeramente pretencioso y lo moderadamente conservador.


Tuesday, February 20, 2007

LA VIDA ES SUEÑO

Por supuesto la vida es sueño. Y quien diga lo contrario es un jodido mentiroso. Y es que esta escueta frase, el título de la archiconocida obra de Calderón de la Barca, define a la perfección la vida de la especie humana entera. Todos, todos, aunque muchos digan no recordarlo, soñamos alguna vez. De hecho, soñamos siempre. Soñamos despiertos y soñamos dormidos. Pero soñamos despiertos a todas horas y casi sin darnos cuenta.
Yo no soy ninguna excepción. En algo me tenía que asemejar al resto de mortales! Yo sueño sin descanso. Sueño siempre cuando duermo. Y dado que dormir es una de mis principales aficiones, sueño hasta el empacho onírico. Sin embargo, y pese a que trato de alargar hasta lo inimaginable, hasta lo casi indecente, mis horas de letargo, sueño mucho más despierta. Despierta retomo los sueños inconclusos y trato de amoldarlos a mis deseos. Imagino multitud de situaciones, de vidas, de encuentros. Tengo al menos dos vidas imaginarias, paralelas, aparte de la que se supone es mi vida real. Todo aquello que anhelo se cumple una y mil veces en estos sueños conscientes. Llevo haciendo esto desde que puedo recordar, desde la niñez. Cada pequeño revés, cada desencuentro, cada desilusión, tiene su reverso amable en este pequeño mundo de mentirijillas que he creado a mi antojo. Pero a veces me pregunto si aferrarme a este universo ficticio no estará alejándome más y más de aquel universo en el que sí es posible que los sueños se cumplan por fin.

Y para acabar, ahí van tres poemitas que escribí ya hace algún tiempo. No importa hace cuánto los escribiera, siguen tan vigentes como el primer día. Sigo siendo la que huye, la que aprende y la que, para bien o para mal, ama. Todavía.

EL SUEÑO DEL FUGITIVO

No arrojes, amor, más flechas, más dardos.
Esos centinelas tuyos se embriagan
de canciones lejanas.
Camino entre zarzas y cardos,
tropiezo y me apresa la enredadera.
Lucho, a menudo sin ganas.
Tú vienes, con tu amor por bandera,
yo me quedo, aturdida, pasto de abejas,
de gusanos, el musgo adorna mi frente.
No me hieren ya tus reproches ni tus quejas.
No te oigo, no te veo. Mi fatigada mente
se retuerce sobre si misma, no quiere más dueño
que el humo de este cigarrillo, el aroma de vainilla,
esa noche de neón, de pesadilla.
Yo no vivo. Sólo sueño.

EL SUEÑO DEL APRENDIZ

Cuánto os envidio guijarros rotos, hojas secas,
pinceles que antaño trazasteis muecas,
manchados de pasado y de indiferencia
flotais inertes en los afluentes de la consciencia.
Mi corcel, infame, no se acostumbra
al látigo ni a las espuelas.
¿Hasta cuándo he de permanecer yo en penumbra
al calor áspero de propios y extraños capataces,
al amparo asfixiante de mórbidas escuelas,
ahogando mi montura con pesados disfraces?
Soy aprendiz de sueños y de aromas,
de sonidos y de llantos.
Puedes hastiarme con tus bromas,
pero conmigo rugen otros tantos.

EL SUEÑO DEL AMANTE

Amor, eres cruel, eres perverso.
Sin avisar, llegas y me abofeteas fuerte
en el alma.
Y desde aquel primer beso,
no puedo por más que quererte.
Ya no tengo calma.
No tengo vida, ni muerte,
sólo sueño.
Y sueño demasiado, lo sé,
¿pero cómo cejar en mi empeño
por tenerte y dejarme tener?
Tómame, pues, pero no olvides
que me envolviste en seda y terciopelo, ¡adulador!
¡Injusto, ingenuo, soñador!
¿No ves que es demasiado lo que me pides?
Yo sólo puedo ofrecerte amor.

1 comment:

roberto robot rabino said...

Bienvenida a la Blogosfera, no sabía de tu afición por los poemas, por un momento me pareció ver a Quintero recitando.
Sobre los sueños, totalmente de acuerdo, por mi parte, mis deseos de que se te cumplan.